Define: REDOBLE:
Técnica de
interpretación de algunos tambores y, especialmente, la caja. Se trata de hacer
batir alternativamente las baquetas a gran velocidad, creando una sonoridad
continua y expectante.
Define: PLANTACIÓN:
Se denomina
plantación a la acción de plantar y al conjunto de todo lo plantado. Es un
sistema agrario latifundista desarrollado principalmente en la Zona
Intertropical durante la época colonial, tanto en América como en África y en
Asia. Por último, este término se aplica a un determinado tipo de cultivos que se
denomina, precisamente, cultivos de plantación.
HISTORIA:
Me llamo Claire y tengo catorce años. Tengo tres hermanos pequeños: Charles,
de diez años, Jean, de siete y Adrien, que sólo tiene cuatro añitos, y una
hermana pequeña, Anne, que tiene nueve años. Mi padre se llama Auguste, tiene cuarenta
y un años y trabaja de veterinario del zoo de Nièvre, la ciudad que queda más
cerca, y mi madre se llama Sophie y tiene treinta y nueve años. Vivimos, o,
bueno, vivíamos todos en un pequeño pueblo del centro de Francia, hasta ese día…
Lo recuerdo perfectamente: Era a mediados de Febrero, más o menos, la época
del Carnaval, y era una mañana de sábado completamente normal.
Yo estaba en casa, cuidando de mis hermanos y de mi hermana mientras mi
padre trabajaba y mi madre se había ido al mercado a comprar. Jean y Adrien
estaban jugando fuera en el jardín, Charles estaba arriba en su habitación
redactando un trabajo que tenia que entregar el martes en clase, y Anne estaba
también en el jardín, sentada en su columpio y sumergida del todo en su libro
favorito. Yo los observaba desde la ventana de la cocina porque estaba
preparando la comida, y de vez en cuando subía a ver como iba Charles con su
trabajo.
De pronto, se oyó un ruido repentino, pero no le di mucha importancia.
Tampoco los vecinos se preocuparon. Hasta que entraron Jean y Adrien diciendo
que se oía el redoble de bastantes tambores a la vez. Llamé a Charles y salimos
todos a fuera. Anne estaba tan concentrada en el libro que ni se había dado
cuenta de nada, pero cuando salimos a ver que pasaba sonó otra vez ese ruido
repentino, pero esta vez mucho más fuerte y, tanto nosotros como los vecinos,
nos dimos cuenta de que parecían disparos. También se empezaba a oír el redoble
de tambores más cerca.
Lo demás, fue todo muy rápido, o al menos eso me pareció. Alguien gritó:
-¡Fuego! ¡Fuego!
Y los vecinos nos arrastraron corriendo hacia una plantación que, aunque no era propia de aquí, habían
hecho una colonia de africanos que habían huido tiempo atrás de las guerras y
del hambre de allí, y está claro que no creían encontrar aquí.
Cuando aún no habíamos recorrido a toda prisa ni la mitad de aquella enorme
plantación, descubrimos que nos habían rodeado, pero ya era demasiado tarde,
empezaron a disparar. Conseguí, aunque a duras penas, arrastrar a todos mis
hermanos a través de ese caos de horror, sufrimiento, sangre, disparos, y hasta
muerte.
Recuerdo que conseguimos salir del campo de plantación sanos y salvos, y
que nos adentramos en un bosque cercano, hasta conseguimos encontrar una especie de cueva o algo parecido para ponernos a resguardo.
Pasamos allí unos dos meses, más o menos, durante los cuales Adrien
no paraba de preguntar que dónde estábamos, que dónde estaban papá y mamá, que
quienes son esos hombres, que porque no volvíamos al pueblo… Anne, Charles y
Jean, como eran mayores lo entendían mejor, pero en pobre Adrien no entendía
nada de nada, a pesar que entre todos se lo intentábamos explicar.
Yo salía de vez en cuando para ver si seguíamos a salvo, y para ir a buscar
algo de comida y de bebida, aunque fueran cuatro bayas y frutas del bosque y un
poco de agua de un arroyo que había cerca.
Una vez pasaron por allí delante un grupo de soldados, serían unos dieciséis
o veinte, más o menos, e iban armados. Suerte que pasaron de largo; estoy
completamente segura que si nos hubieran visto, oído o si hubieran intuido que estábamos
allí no seguiríamos vivos.
Estábamos muy preocupados por nuestros padres y me juego lo que sea que
ellos también estaban muy preocupados. Pero no podíamos volver al pueblo por
dos razones: la primera es porque el campamento de los soldados enemigos estaba
en los límites del bosque, lo bastante cerca como para vernos si intentábamos volver,
pero lo bastante lejos como para poder ir al arroyo a buscar agua o a buscar
comida sin que nos vieran.
La segunda razón es porque los soldados tenían controlado la parte del
pueblo que no había muerto. Porque la guerra había acabado. El ejército enemigo
quería conquistar uno a uno los pueblos y ciudades de Francia, y nuestro pueblo
se había rendido al poder de los otros.
Otros pueblos más grandes o las
ciudades tenían y podían permitirse un ejército que los protegiese, pero un
pueblo pequeño no tenía posibilidades.
Así que esperamos y esperamos. Hasta que un día llegaron refuerzos de París,
un ejército el doble de grande y de poderoso que el enemigo y consiguieron
acabar con más de la mitad de los conquistadores y a los demás los consiguieron
echar del país.
Pero bueno de eso me enteré semanas más tarde, cuando conseguimos salir del
bosque y volver al pueblo. Nuestros padres nos esperaban, sanos y salvos, como
me los había imaginado durante estos dos meses que duró la guerra, estos dos
meses que nosotros estábamos ocultos en la cueva del bosque, comiendo frutas y
bayas, creyendo que papá y mamá estaban muertos o algo peor, dos meses en los
cuales aprendí, por mi cuenta, a cazar algunos animalillos para poder comer, i
finalmente, dos meses en los cuales mis padres también pensaban que nos había
ocurrido algo malo, o que estábamos muertos.
Todo acabó bien, o al menos para nosotros; hubo muchísimas familias que se habían
quedado sin un miembro de la familia o sin hogar, como nosotros. Pero nosotros
nos mudamos a Alemania, que no estaba en guerra ni nada parecido, y continuamos
con nuestras vidas tranquila y apaciblemente.